«¿Aún vale la pena tener un blog?»: esa es una de las preguntas que más me hacen mis clientes. Y no solo los que están empezando; también marcas con años en el juego digital. Me lo dicen con un tono entre duda y cansancio, como si ya supieran la respuesta: que nadie lee, que todo está saturado, que es mejor enfocarse en redes sociales o pagar anuncios.
Pero ahí es cuando saco los datos y las historias. Porque sí, hay ruido. Mucho. Pero también hay espacio para destacar, si sabes cómo contar, para quién escribes y cómo aprovechar la Optimización para Motores de Búsqueda (SEO, por sus siglas en inglés) sin perder el alma.
El blog no ha muerto, pero sí está saturado
Según datos de Ahrefs, cada día, se publican más de siete millones de artículos nuevos. ¡Cada día! Eso sin contar newsletters, hilos en X, posts de LinkedIn y todo lo que produce la economía de la atención. Esta es la era de la «infoxicación», donde el reto no es encontrar información, sino saber cuál vale la pena.
Hoy en día, el contenido que no aporta valor real, muere rápido. El SEO técnico ya no es suficiente”.
Esto es lo que afirma Rand Fishkin, cofundador de Moz, en una entrevista con Fast Company. Y es que muchos blogs están escritos pensando en el algoritmo, no en personas. Y eso se nota.
Del contenido al «content noise»
El problema no es solo la cantidad de información, sino la homogeneidad. Si buscas «mejores herramientas de productividad», verás 20 artículos con los mismos 10 nombres, casi en el mismo orden. Todos optimizados para keywords, con estructura perfecta para SEO, pero sin alma.
Google ha respondido a esto con actualizaciones, como el Helpful Content Update, que prioriza contenido escrito “por personas, para personas”. Suena bien, pero sigue siendo difícil destacar cuando compites contra agencias con presupuestos infinitos, inteligencia artificial que genera contenido en segundos y un algoritmo que cambia sin previo aviso.
Como señala Ismael El-Qudsi, CEO de Internet República, en El País:
Los blogs que sobreviven no son los que mejor «rankean», sino los que conectan”.
Por supuesto, no todo está perdido. El blog sigue siendo una herramienta poderosa, si se usa con estrategia y honestidad. Aquí van algunas claves que les doy a mis clientes:
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Menos cantidad, más calidad: Publicar menos pero con mayor profundidad y enfoque humano. La gente quiere insights, no refritos.
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Marca personal: Contar desde la experiencia real es oro. El lector conecta con voces, no con títulos genéricos.
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Distribución inteligente: Escribir ya no es suficiente. Hay que mover el contenido en newsletters, redes sociales, podcasts, etc.
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Long tail keywords y nichos específicos: Dejar de competir por «marketing digital» y empezar a posicionarse por cosas como “marketing digital para coaches de bienestar en español”, por ejemplo.
¿Y los blogs personales?
Curiosamente, en medio de tanto ruido, están resurgiendo los blogs personales, donde la gente vuelve a escribir por placer, no por tráfico. Plataformas como Substack o Ghost están liderando una nueva ola de contenido directo, con voz propia, sin tanto filtro de SEO, ni clickbait. Y sí, ¡la gente está reaccionando muy bien al leerlos!
Que no se te olvide para quién escribes
Internet está lleno de “contenido correcto” pero vacío de historias memorables. Si vas a escribir un blog hoy, pregúntate si escribirías algo, aunque nadie lo leyera. Si la respuesta es sí, vas por buen camino. Si no, es probable que solo estés alimentando la máquina de contenido sin corazón.
Ann Handley, autora de Everybody Writes, dijo lo siguiente a Forbes:
En un océano de contenido, lo humano es lo que nos hace destacar.”
Y tú, ¿vas a escribir para bots o para personas? Si buscas lo segundo, aquí estoy.