Monte Gordo: paraíso frente al Atlántico
Mi aventura comenzó en Monte Gordo, a 154 kilómetros de Sevilla. En menos de dos horas, ya estaba pisando la arena dorada de una de las playas más amplias y limpias que he visitado. Este lugar es un verdadero paraíso para quienes buscan relajarse frente al mar o disfrutar de actividades al aire libre. El Atlántico aquí es cálido, con aguas tranquilas que invitan a sumergirse sin prisa.
Además, Monte Gordo tiene todo lo que podrías desear para unas vacaciones perfectas: restaurantes que ofrecen mariscos fresquísimos, música en vivo que anima las tardes y noches, y un paseo marítimo ideal para caminar y absorber la energía del lugar. Si prefieres algo más activo, hay deportes acuáticos para todos los gustos, desde paddle surf hasta paseos en kayak.
Cuando cae la noche, Monte Gordo se transforma. Los bares y discotecas cobran vida, convirtiendo la ciudad en un lugar vibrante donde es fácil socializar y disfrutar de la hospitalidad portuguesa.
Un salto a Vila Real de Santo António
A sólo siete minutos en coche, o un breve trayecto en taxi por menos de 10 euros, se encuentra Vila Real de Santo António, un pueblo pesquero que parece sacado de un cuadro. Su arquitectura blanca recuerda a los pueblos andaluces, pero con un toque único que mezcla la sencillez del sur con la elegancia neoclásica que rememora a Lisboa.
Pasear por sus calles es como viajar en el tiempo. Su casco histórico es peatonal, con calles empedradas repletas de tiendas, cafés y restaurantes. Aquí no sólo puedes disfrutar de una comida deliciosa, sino también aprovechar precios sorprendentemente bajos en ropa y souvenirs. La plaza central, rodeada de árboles y terrazas, es el corazón de la ciudad y un lugar ideal para descansar mientras observas el ritmo relajado de la vida local.
El paseo marítimo, bordeado por el río Guadiana, ofrece vistas espectaculares, especialmente al atardecer, cuando los colores del cielo se reflejan en el agua. Si eres amante de la navegación, su marina es imponente y te hará soñar con zarpar hacia nuevas aventuras.
Naturaleza para explorar
Pero el encanto del Algarve no termina en estas dos localidades. Si eres amante de la naturaleza, te recomiendo dedicar un día al Parque Natural de la Ría Formosa, un santuario de biodiversidad donde se entrelazan canales, islas y dunas. Es un lugar perfecto para el senderismo o el ciclismo, pero también para observar aves y explorar ecosistemas únicos.
Si prefieres algo más tranquilo, simplemente alquila una bicicleta y recorre la ribera del Guadiana, donde los paisajes te regalarán postales inolvidables.
Un plan que no puedes dejar pasar
Lo que hace especial este «dos por uno» es la forma en que Monte Gordo y Vila Real de Santo António se complementan. Por un lado, tienes la playa, la diversión y el bullicio de Monte Gordo. Por otro, la tranquilidad, la historia y la autenticidad de Vila Real. Todo esto envuelto en la calidez de la gente portuguesa, que siempre está dispuesta a recibirte con una sonrisa y hacerte sentir como en casa.
Si estás en Sevilla o en sus alrededores, esta escapada al Algarve es un plan que no puedes dejar pasar. No sólo por la cercanía, sino por la riqueza de experiencias que estos lugares ofrecen. Es un viaje que te llenará de energía y recuerdos inolvidables.
¿A qué estás esperando? Prepara tu maleta, ajusta el GPS y déjate seducir por la magia de Monte Gordo y Vila Real de Santo António. Estoy segura de que, como a mí, te cautivarán desde el primer momento.